Jardineros y administrativos sí, futbolistas no: la paradoja de los equipos de fútbol

El Consejo Superior de Deportes (CSD) está teniendo faena en las últimas horas con los amagos del fútbol profesional por despertar. Quizá animados por el levantamiento de la hibernación laboral de las últimas dos semanas o por la poca precisión de la normativa al respecto, algunos clubes han intentado, sin éxito, abrir un poco las ventanas.

La Real Sociedad anunció el sábado que pretendía volver a los entrenamientos en grupos pequeños de jugadores, y el CF Fuenlabrada, que sometería a sus futbolistas a unos exámenes físicos reclamados por el departamento de nutrición. Tanto vascos como madrileños se llevaron la ‘tarjeta amarilla’ del CSD, raudo el organismo gubernamental a la hora de bloquear ambas iniciativas.

Si el amago de la Real era más difícil de tolerar, ya que el Decreto del Estado de Alarma prohíbe la actividad deportiva en cualquiera de sus formas, ya sea individual o en equipo, en el caso del Fuenlabrada parece que existen más elementos para el debate. «No hemos hecho nada ilegal. Así seguimos pensándolo. Ir a pasar un chequeo no lo es», dicen desde el club de Segunda División, tras cancelar la ronda de controles que trataron de llevar a cabo en su estadio, el Fernando Torres, este lunes por la mañana.

La nueva nutricionista del equipo propuso citar a los jugadores para medirles los pliegues de grasa, una rutina que en todos los clubes se realiza con el fin de adecuar las dietas y el trabajo físico a sus profesionales. Estos, como el resto de futbolistas, llevan desde hace un mes confinados en sus casas -igual que casi toda la población-, siguiendo las pautas de entrenamiento individual que sus clubes les ordenan.

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